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sábado, 9 de abril de 2011

CASA DA MUSICA, OPORTO


En el año 1999 se anuncio que Oporto y Rotterdam serian nombradas como las capitales de cultura europea en 2001. Con miras a este gran acontecimiento, se realizo un concurso privado entre 5 renombrados estudios, para construir un edificio para la cultura, en una zona emblemática de la ciudad. Un portugués diseñaría un edificio para la ciudad holandesa, y al mismo tiempo un arquitecto holandés trabajaría en la ciudad de Portugal. De esta forma, Alvaro Siza fue el encargado de trabajar en suelo holandés, mientras que el ganador del concurso para Oporto fué Rem Koolhaas.
El proyecto tuvo diversos inconvenientes: desde cuestiones meteorológicas, hasta financieras y constructivas, por lo cual no se pudo inaugurar hasta 2005, con un concierto de Clá y Lou Reed.

Rem Koolhaas


El proyecto se emplaza en una zona muy transitada de la ciudad. Una esquina enmarcada por dos importantes calles y la rotonda de Boavista sobre su lado más angosto, con una plaza circular que la corona. Esta ubicación es el nexo entre la ciudad histórica y un barrio de gente trabajadora. Debido a esta ubicación, y sumado a la escala del proyecto, el mismo debía responder no sólo de forma arquitectónica y funcional, sino también a escala urbana.



Oporto es la segunda ciudad portuguesa en importancia, ubicándose detrás de la capital del país, Lisboa. Su producción de aceite de oliva, así como su reconocido vino de Oporto la ponen en esta situación de privilegio, teniendo gran relevancia dentro del rol económico de Portugal. Su ubicación sobre el noroeste del país y de frente al Océano Atlántico hacen de esta ciudad una puerta de entrada al país, así como un nexo con toda Europa.











En este país que se debatía entre su rica historia a cuestas y el necesitado salto hacia la modernidad, es donde Koolhaas trabajaría creando su Casa da Musica.


El proceso de diseño de este edificio es singular y poco convencional. La idea surge originariamente con otra finalidad:
Con motivo de responder a las necesidades de un comitente peculiar, OMA diseña una vivienda unifamiliar con un concepto sumamente radical. Esta vivienda estaba concebida como una sucesión de espacios abiertos pero a la vez aislados, para cada miembro en particular de la familia. Los espacios se comunicarían visualmente desde ciertos puntos, pero solamente se encontrarían de forma física en un gran espacio central pensado como un amplio túnel.



Faltando apenas dos semanas para el cierre, Koolhaas comprendió que utilizando los mismos conceptos que para esta vivienda, podría satisfacer los requisitos planteados para el concurso de Oporto.
El primer gran planteo fue que la Casa da Musica debía comportarse como un organismo viviente dentro de la ciudad. Estar siempre abierto y brindarse a los ciudadanos, y no sólo abrirse con motivo de espectáculos esporádicos.
El segundo planteo era lograr una mayor conexión entre el público y el artista, rompiendo las barreras que suelen generarse y que dividen a unos de otros. Acabar con este mito y establecer una relación más cercana entre ambos.
Con esta gran “caja de zapatos” plenamente transformada, Koolhaas creía poder generar la continuidad y crisis que anhelaba alcanzar. Un objeto contundente y pesado, que fuese el símbolo del dialogo entre lo viejo y lo nuevo, entre público y artistas, entre dos modelos de ciudades diferentes.
Y para lograr un impacto aun mayor, quiso que esta intervención no descansara sobre los restos de la ciudad olvidada, si no también reinventar y reconvertir el uso del suelo, aportando una vez más a la ciudad en la que se sumergía.


El primer aporte de la Casa da Musica es la innovadora relación que plantea entre el interior y exterior. Si bien este volumen es más bien cerrado, la intención es que se relacione lo mayor posible con el exterior por medio de las visuales. De esta manera, invita al visitante estar siempre en relación al entorno y su contexto, pudiendo visualizar la ciudad e inclusive el cielo y el mar.

La forma tan particular de la obra surge en principio de la definición de los dos auditorios mayores. A pesar de que el arquitecto no quería que los mismos tuviesen la tradicional morfología como cajas rectangulares, tras consultas con especialistas y realizar diferentes estudios, concluyeron que acústicamente esta era la mejor resolución. Dispuestas estas dos piezas, la forma fue moldeándose para poder adoptar al resto del programa.


plantas 


sección longitudinal
Durante este proceso de diseño, otros espacios fueron creándose o surgieron del resultado de la extraña morfología. A cada uno de estos espacios “sobrantes” le fue asignada una función, y todos ellos sirven como función secundaria de los auditorios. Por ello es que hay un restaurante con terraza, un bar, salas de ensayo, estudios de grabación, sala de prensa, y demás.

sección transversal


Como contraste de cualquier centro cultural de este tipo, en la obra de Koolhaas podemos notar en primera instancia, que no cuenta con un foyer o espacio de lobby. En su lugar, podremos ver una sucesión de espacios que recorren las áreas funcionales o inclusive mutan y se transforman en parte de ellas.
El recorrido es incierto y poco claro. Con cajas de escaleras que aparecen desde la nada y se pierden en lo que aparenta ser otro espacio completamente distinto; pasillos angulares que rematan en muros con dirección opuesta; túneles angostos con rampas que ascienden a lo desconocido, etc. Recorrer el edificio invita a dejarse sorprender constantemente y esperar lo inesperado.
No sólo el edificio cuenta con una forma de diamante cuanto menos extraña, sino que el autor se encargo también de que la plaza seca en la que se apoya tenga características semejantes. Jugando con la topografía y creando una serie de relieves, aprovecha la porción menor de suelo que ocupa el diamante musical, y colabora con el espacio público. De tal manera de comulgar con el concepto de que una institución cultural no debe solo servir a una porción de la población, ya que una gran minoría es la que puede acceder a su interior con frecuencia.





El proyecto requirió de ingeniosas respuestas para su resolución estructural. Visual y espacialmente está definido por su forma facetada exterior, como si el autor hubiese horadado el espacio interior y colocado pequeñas piezas dentro de él. Es por ello que las paredes exteriores son de 40cms de espesor y actúan como una caparazón de descarga de las tensiones. Inclusive estos muros descienden hasta el subsuelo de la misma manera y se entierran, cubriendo el espacio destinado a servicios y salas de menor envergadura.
El auditorio mayor se encuentra “flotando” en medio del gran volumen, aislado de los muros externos por cuestiones acústicas. Se apoya sobre pilares que atraviesan las circulaciones por todo el edificio.




 Indicaciones para poder realizar
la casa da musica en maqueta


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